martes, 7 de enero de 2014

Qué es la Homeopatía III: la dificultad de hallar una explicación

El término Homeopatía fue creado por el médico alemán Samuel Christian Hahnemann a finales del siglo XVIII. El Doctor Hahnemann puede ser considerado uno de los primeros médicos modernos, ya que unió la formación médica teórica recibida en la Universidad de Leipzig con un enfoque clínico en la Escuela Moderna de Viena, que defendía la enseñanza de la práctica médica en la cabecera del enfermo. Ello le llevó a recuperar el principio hipocrático de similia similibus curantur (lo similar cura lo similar).

El estudio que hacía la Homeopatía del efecto de los medicamentos en el ser humano mediante la experimentación pura fue un precursor de lo que muchos años después se convertiría en el paradigma de la medicina científica: el ensayo clínico para el estudio de medicamentos. La práctica y los escritos del Doctor Hahnemann extendieron la Homeopatía por toda Europa (Francia e Inglaterra en 1830, España en 1832, Portugal en 1840) y el mundo (EEUU en 1821, China en 1845, México en 1850).

Sin embargo, tras el establecimiento de la constante de Avogadro en el siglo XIX y el desarrollo de la teoría atómica a comienzos del siglo XX, la Homeopatía fue cayendo en cierto descrédito, lo que se ha extendido hasta nuestros días. Y es que, teniendo en cuenta que la materia está "cuantizada" en forma de átomos y moléculas, a partir de una dilución lo bastante alta (10-12 CH en adelante), un preparado homeopático no debería contener ni una molécula de principio activo.

Eso es cierto. Por desgracia, los escépticos radicales lo utilizan como "prueba irrefutable" de que la homeopatía carece de base científica, y suelen hacerlo así, tratando a los adultos como si fuesen niños pequeños. ¿De verdad creen que los homeópatas, profesionales cualificados con titulación universitaria, no oyeron hablar de Avogadro y no conocen la falacia de la dilución infinita? ¡Por supuesto que lo hacen! Y no solamente eso, sino que intentan buscar una explicación científica a un hecho incontestable: la Homeopatía funciona y ha funcionado durante los doscientos años que lleva aplicándose en todo el mundo. Si la Homeopatía fuese algo tan simple, las ultradiluciones de los medicamentos homeopáticos no serían capaces de inducir efectos biológicos comprobados en células o sistemas de células aislados, estudios in vitro o en modelos animales o de plantas, efectos biológicos en personas sanas, efectos terapéuticos en los enfermos.

Es preciso lo que Thomas Kuhn, el gran filósofo de la ciencia, denominó un cambio de paradigma. Consiste en una revolución científica, en la que las teorías antiguas, incapaces de explicar los fenómenos naturales, son derribadas y sustituidas por otras más eficaces y verdaderas. Como en las revoluciones sociales, los cientíicos "oficiales" se niegan a aceptar la validez de las nuevas teorías, al menos en un principio, pero al final la verdad acaba siendo aceptada por su propio peso.

Ha habido muchas revoluciones científicas a lo largo de la historia. El paradigma de una Tierra como centro del Universo fue desafiado por Nikolaus Copérnico y verificado experimentalmente por Johannes Kepler. Isaac Newton acabó con las concepciones aristotélicas del movimiento. Einstein introdujo un paradigma en las relaciones del hombre con el Universo, postulando un espaciotiempo relativo y una velocidad de la luz absoluta incluso en sistemas de referencia en movimiento. La Mecánica Cuántica dio al traste incluso con la propia idea de una Realidad independiente del observador.

Es, pues, posible, incluso inevitable, que la Homeopatía requiera un cambio de paradigma. Muchos hombre y mujeres honrados lo han intentado, y siguen intentándolo, a pesar de las burlas de aquellos que se atribuyen la verdad oficial. Que no lo consigan a la primera no significa que haya que reírse de ellos. La Ciencia es una tarea de ensayo y error, y del mismo modo que se rieron de Einstein para ahora reverenciarlo, más de un escéptico y más de dos debería aplicarse una dosis de humildad.

Lo siento, creo que me he exaltado un poco. Volvamos a lo que nos interesa. La gran pregunta es ¿existe una base científica para la homeopatía? En sentido estricto, la respuesta es no; si por "sentido estricto" queremos decir que haya una teoría científicamente comprobada más allá de toda duda razonable, y verificad por el experimento. En su lugar, hay algunas hipótesis puestas a prueba con diferente grado de éxito.

Debemos afrontar un grave problema. Hay que encontrar una teoría que describa el tratamiento homeopático, que por definición trata con diluciones extremas (incluso más allá del número de Avogadro) muy difíciles de rastrear o medir experimentalmente. Por otro lado, a despecho del método científico y sus éxitos (que no discutimos, por supuesto), hay que tener muy en cuenta que el modo de acción de los remedios homeopáticos no puede demostrarse mediante los métodos científicos modernos. Debido a una mala interpretación del positivismo, que describe la realidad natural meramente como la suma total de sus fenómenos medibles y cuantificables, a veces la falta de pruebas se identifica a la falta de efectividad. Ello da lugar a prejuicios negativos contra la Homeopatía.

Se necesita una aproximación científica más flexible que la actual, basada en la física mecanicista y estrictamente causal de Newton, que ignora los fenómenos más complejos de la naturaleza, las correlaciones sistémicas con el organismo, sus procesos vitales, y la vida como un conjunto. La Física Moderna, basada en las teoría de la Relatividad y la Cuántica, han hecho obsoleto el pensamiento newtoniano y permiten abrir nuevas vías para el mecanismo homeopático de acción.

Más importante todavía, es preciso estudiar los fenómenos naturales subyacentes a los sistemas biológicos y "meter en la ecuación" los "parámetros" relativos a eso que antiguamente se denominaba fuerza vital, y que la verdad sea dicha, todavía no comprendemos adecuadamente. Todos los médicos que ven morir a alguno de sus pacientes se enfrenta a la vida y la muerte como conceptos metafísicos (o más bien, metamédicos), y sea cual sea el conjunto de sus conocimientos, al final queda una verdad secular: no sabemos por qué el paciente muere. Sabemos cómo y de qué manera; pero ignoramos POR QUÉ.

Desafortunadamente, una teoría holístico-científica de los procesos e interacciones biológicas basados en principios cuánticos y relativistas es aún materia pendiente. La Homeopatía Cuántica del siglo XXI todavía no tiene su Einstein, su Schrödinger, su Darwin. Se trata de la tarea más importante de la ciencia en este siglo, comparable en complejidad y alcance paradigmático a las realizaciones de la Mecánica Cuántica o la Teoría de la Evolución. En la siguiente entrega, sugeriremos cómo puede hacerse y qué pasos habrán de seguir los científicos de mente abierta del futuro.

Qué es la Homeopatía I - Tratamiento y terapia
Qué es la Homepatía II - Obtención del medicamento 

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