La práctica de la Homeopatía
contempla dos aspectos complementarios: por un lado es un método terapeútico de tratamiento, y por otro consiste en la
utilización de medicamentos
obtenidos a partir de un procedimiento de fabricación homeopático.
La Homeopatía es, ante todo, un
método terapéutico. Se basa en administrar al enfermo una sustancia cuyos
componentes son capaces de provocar en un individuo sano una enfermedad similar
a la que se trata de combatir, y que preparada como medicamento homeopático es
capaz de curar. La Homepatía está basada en ese fenómeno de similitud.
La terapéutica homeopática está
fuertemente arraigada en el tratamiento integral que se hace al paciente, y que
no toma en cuenta solamente su sintomatología sino la totalidad del organismo.
Este es uno de los valores añadidos más reconocidos de este método.
El segundo aspecto corresponde al
uso de medicamentos homeopáticos, que son aquellos en los que, en el proceso de
fabricación, se produce una dilución y una dinamización seriada, siendo ambos
procesos indispensables. Este tipo de medicamentos está regulado por ley: según
la definición de la Ley 2009 de Garantías y Uso Racional del Medicamento y
Productos Sanitarios, en su artículo 46,
"se considera medicamento homeopático, de uso humano o veterinario, el
obtenido a partir de sustancias denominadas cepas homeopáticas con arreglo a un
procedimiento de fabricación homeopático descrito en la Farmacopea Europea o en
la Red Farmacológica Española, o en su defecto en una farmacopea utilizada de
forma oficial en un país de la Unión Europea." Estos medicamentos
deben ser utilizados por profesionales sanitarios o pacientes que conozcan su
utilidad y su forma de administración, como ocurre con cualquier otro fármaco.
Estas dos corrientes (terapéutica y
medicamento) se complementan entre ellas, y con otras herramientas
terapéuticas, de tal forma que un profesional sanitario puede usarlas todas en
beneficio del paciente.
Y es que la realidad muestra que la
Homeopatía es útil en un extenso campo de enfermedades y problemas de salud,
que puede aplicarse de manera complementaria a cualquier otro método
convencional formando parte integral de cualquier sistema de salud. Sus
aplicaciones más frecuentes se incluyen en uno de los siguientes campos:
- Procesos agudos (traumatismos,
enfermedades respiratotias, otitis, reacciones alérgicas, quemaduras, etc)
- Patologías crónicas y recurrentes
(actúa sobre el individuo en conjunto, aportando así mayores ventajas)
- Cuidados paliativos (tanto en el
control de síntomas como para el alivio de efectos secundarios de otros
tratamientos).
El término Homeopatía ha
contemplado un gran número de definiciones, pero todas están basadas en los
tres principios básicos expuestos por su creador, Samuel Christian Hahnemann en
1796:
- Principio de similitud: las enfermedades pueden ser curadas por
sustancias que producen, en las personas sanas, efectos semejantes a los
síntomas manifestados por el paciente (lo
similar cura lo similar).
- Uso de altas diluciones: el grado de potenciación (dilución) debe
ajustarse al tipo de enfermedad y al modo de enfermar del paciente
- Tratamiento individualizado: los síntomas del paciente, las causas
relacionadas y la constitución del mismo constituyen un todo holístico que no
puede ni debe ser separado
A efectos de esta serie, podemos
considera la Homeopatía como una técnica
terapéutica basada en una observación clínica completa y rigurosa que conduce a
la prescripción de medicamentos homeopáticos cuyas indicaciones proceden de una
farmacología fundamentada por una constatación empírica: la similitud"
De esta manera, la Homeopatía trata
la enfermedad partiendo del principio de que lo semejante se cura con lo semejante,
y utiliza para ello sustancias curativas que reproducirían los síntomas del
enfermo en caso de ser administradas a una persona sana.
La Homepatía, al igual que la
medicina alopática tradicional, determina el tratamiento por medio del
diagnóstico clínico, pero al contrario que ella no es importante a la hora de
seleccionar el tipo de remedio. El factor decisivo para seleccionar un
medicamento en Homeopatía es la valoración fenomenológica de la totalidad de
los síntomas del paciente. La Homeopatía percibe en el individuo
manifestaciones externalmente perceptibles (gestalt) de un proceso interno no
observable.
La evaluación y elección del
remedio apropiado es un proceso en dos etapas. En la primera etapa se efectúa
una selección, evaluación y escalamiento de los síntomas, para lo que se
utilizan manuales (repertorios) que detallan los patrones sintomáticos y sus
remedios correspondientes; en la segunda etapa, se efectúa un diagnóstico
diferencia y selección de remedios mediante un estudio pormenorizado en que los
síntomas del paciente se comparan con remedios potencias del Vademecum (Materia Medica), y sólo entonces se
selecciona el remedio (simillimum)
que se aproxima más a los patrones del paciente.
Lo anterior ilustra el por qué es
posible tratar tres condiciones de enfermedad, diferentes desde el punto de
vista médico, en un sólo paciente, ya que hay una sola condición crónica y un
solo paciente que sufre los síntomas. Y también es posible que dos pacientes
con síntomas clínicos diferentes necesiten los mismos remedios homeopáticos si
sus síntomas individuales son similares.
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